¿Cómo deben ser los zapatos de trabajo?

Puede sonar a tontería, pero tener los zapatos de trabajo ideales según tu lugar de trabajo y funciones puede hacerte mucho más llevadera tu jornada laboral. Las necesidades de una persona que trabaja todo el día de pie no son las mismas que de alguien que trabaja en oficina. Unos zapatos adecuados pueden te permitirán realizar todas tus funciones con comodidad y seguridad.

La importancia de los zapatos para trabajar

Lo primero que hay que tener en mente para cualquier trabajo es que los zapatos para trabajar deben ser cómodos, seguros e higiénicos. Una vez tengamos esas tres necesidades cubiertas es cuando podemos decantarnos por un modelo u otro según la estética.

Si trabajas, por ejemplo, en la hostelería en donde son muchas horas de pie caminando sin parar, recomendamos unas zapatillas deportivas. Gracias a la suela diseñada para la práctica del deporte te dará una amortiguación de runner, sentirás que trabajas caminando en una nube.

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En cambio si tu función es un “trabajo de oficina” tu estilismo debe ser mucho más elegante, en donde a veces los zapatos no son muy cómodos. Por ello unos náuticos para hombre o cuñas para mujeres son las mejores opciones para desbordar elegancia sin perder comodidad y frescura.

¿Cómo elijo los zapatos trabajo adecuados?

Lo primero es tener claro cuál es la exigencia física de mi trabajo, es decir, cuánto van a sufrir mis pies en mi jornada laboral. A partir de ahí se busca un zapato trabajo con la amortiguación necesaria para mi comodidad.

El segundo paso es el estilismo, debes elegir un zapato que conjunte con el uniforme o forma de vestir para ir a trabajar. No vas a llevar mocasines si trabajas en una tienda de deportes, al igual que no se visten deportivas si llevas traje.

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Los materiales en los que se fabrican los zapatos de trabajo que vayas a elegir también es crucial. No es lo mismo un zapato de piel o fibra textil que otro fabricado en plásticos. Los fabricados en plásticos no permiten al pie respirar, lo que genera humedades y posiblemente hongos y mal olor. Obviamente eso no es agradable, por lo que este tipo de materiales hay que descartarlos. Nuestra recomendación es que siempre elijas zapatos de piel natural u otro material que evite la humedad.

Tampoco hay que olvidar el forro interior ni la plantilla, puede que la plantilla básica que incorpora el zapato no se adapte a tu pie pero ese zapato sea perfecto para tu trabajo. No pasa nada, en el mercado hay montones de plantillas distintas para que elijas la que se adapte a ti y convierta tu zapato de trabajo en una nube. Hay muchas opciones en el mercado, solo tienes que encontrar la tuya.